La razón fundamental del uso de aisladores sísmicos es la posibilidad de la “operatividad continua” u “ocupación inmediata”. Para lograrlo, los parámetros habitualmente aceptados para ocupación inmediata en una estructura son de un desplazamiento de entrepiso inferior a 0,004 y una aceleración en planta inferior a 0,35g. Ambos valores se pueden alcanzar comprobadamente con disipadores sísmicos SLB,  e incluso utilizándolas se han alcanzado con estructuras prefabricadas muy flexibles que incorporan estos elementos. 

Por otra parte ensayos realizados en estructuras con aislamiento sísmico yen sismos con componentes verticales, muestran que las estructuras tradicionales (incorporando o no disipadores de energía) pueden presentar menor daño dado que aquellas con los aisladores sísmicos, porque pueden amplificar estos movimientos. Por otra parte Adicionalmente, los disipadores de energía no requieren técnicas constructivas especiales ni un mantenimiento estricto a lo largo de toda su vida útil mientras que los aisladores de base deben de re-emplazarse y re-evaluarse cada X años y la junta debe de estar operativa siempre. 


Por otra parte cabe destacar que los aisladores de base concentran las grandes deformaciones del edificio en la base lo cual los hace más vulnerables a efectos de vuelco global y fallo por grandes deformaciones y carga axial. El fallo de un solo aislador puede originar el fallo global en cadena de la estructura por lo que se debe de garantizar su operatividad en toda la vida útil. Los disipadores distribuyen la deformación en las diversas plantas del edificio y el eventual fallo de un dispositivo NO origina el fallo del conjunto.

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